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Mostrando las entradas con la etiqueta Dios. Mostrar todas las entradas
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El COVID-19 y yo

viernes, 14 de agosto de 2020


Bueno, pues resulta que me tocó padecer los efectos de la enfermedad, en un país como Venezuela, donde todo es un caos y mucha información oficial es abiertamente falsa o incompleta.

Fue tan repentino como impresionante. Mi esposa empezó primero, se aisló de inmediato en el cuarto, un lunes 27 de julio del 2020, yo me encargué de atender a los niños y de cuidarla ese día. Sintió una debilidad intensa no habitual.

Siempre hemos estado tomando medidas para prevenir algún contagio, especialmente porque ella trabaja en el área médica y su exposición es inherente a cualquier persona que requiera atención, aunque su especialidad sea la neonatología.

Al día siguiente, me tocó a mi. Fuerte ardor en la garganta, dolor de cabeza, malestar general, fiebre aunque no extremadamente alta... ese otro día, mi esposa se sintió mejor y se ocupó ella de todo.

Al día siguiente yo seguía con malestar, pero decidí tomar Ibuprofeno cada 8 horas para alejar el malestar.

Para hacer el cuento corto, ella y yo experimentamos síntomas ligeramente diferentes, pero estamos convencidos que nos dió COVID-19. Yo perdí buena parte del sentido del olfato unos días después, ella experimentaba debilidad, luego me tocaba a mi. 

Fuimos al hospital para ver si nos revisaban, pero incluso en mi opinión eso representaba un enorme riesgo de aumentar por lado nuestra exposición al virus, y por otro, nosotros convertirnos también en vectores de contagio.

Lo que queríamos al principio era validar que realmente teníamos la enfermedad, pero también con el temor de que al confirmarlo nos quisieran retener a la fuerza para meternos quien sabe a dónde y con quién, en lugar de estar al resguardo en nuestra casa.

Esa visita al hospital es desgastante, aun y que mi esposa trabaja en ese lugar. Hay muchas carencias y faltas de atención, pero no por las personas realmente, sino por lo poco de ellas, del espacio, de recursos.

En todo caso, lo que se pudo aprovechar fue hacernos unas placas de Rayos X para validar el estado de nuestros pulmones, ahí fue donde se veía que las cosas podían ponerse mal si no tomamos las precauciones apropiadas... no en los resultados de mi esposa, sino en el mío, puesto que tenía una leve neumonía.

15 días de malestares, inyecciones, medicinas, jugos naturales de zanahoria, te de jengibre, vitamina D, vitamina C, aspiraciones de eucalipto... casi de todo.

Mucho temor, y mucha fe. Muchos amigos apoyando en la distancia, con consejos y sugerencias, con sus oraciones y muestras de cariño.

Al final, debo admitir que esta enfermedad se convirtió en una tremenda bendición para mi vida, porque finalmente tomé la decisión de acercarme a Dios. Siempre lo he tenido en mi vida, pero no realmente como la Biblia lo indica. Ahora me toca aprender cosas nuevas para ser incorporadas en mi vida, que desde hace mucho no hago.

 

Lo bonito y lo interesante de escribir un blog...

sábado, 22 de noviembre de 2014

Hey!

Encontrar personas que son capaces de compartir su experiencia, y poder aprovecharla hace de los blogs una herramienta útil.
Acabo de encontrar este blog de una chica llamada Noe que me pareció interesante, porque en cierta forma nuestros caminos se han cruzado, o mejor dicho, hemos transitado parte del mismo camino.
Estableció un reto personal, y se enfrentó o encaró la misma inconstancia que yo he estado experimentando, y aunque no finalizó formalmente su meta en lo que al blog se refiere, su vida si experimentó un cambio... y son esas experiencias las que hacen interesante la vida... empecé a leerla hace poco, pero llegó a mi por una búsqueda que hice... ella fue una respuesta.

Tristeza y decepción.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Hoy he estado triste, y algo decepcionado.

Recibí la noticia temprano en la mañana que mi compadre había muerto, víctima de un atraco.  La noticia fue confusa, pero clara en que había perdido la vida en manos de seres inescrupulosos.

Estoy triste porque era una buena persona, que siempre estaba pendiente de la familia y en esencia se trataba de alguien tranquilo, pero además colaborador y solidario.  Una pena lamentable para todos nosotros, su familia más cercana, hijas y esposa, así como sus padres.

La tristeza es evidente, y la decepción, bueno, viene de varias fuentes:

Uno, al tomar una posición consciente y crítica, como muchos otros lo han hecho, sobre el cacareado "plan desarme" que promueve el Gobierno.  ¡Gran vaina!. ¿qué malandro estaría dispuesto a dejar su instrumento de terror, control, poder y fuerza? ... claro que sería bueno que eso pasara, pero eso es producto de la fantasía o del delirio más utópico.

Dos, al sentir que los cuerpos policiales sólo están principalmente de adorno y que no se acomodan las bolas como debe ser para cercar y castigar ejemplarmente este tipo de "modus operandi", que hasta nombre le ponen pero no tienen el ingenio o el interés de acabar con el bendito "flagelo" de la delincuencia organizada.  Zonas que se vuelven referencia de peligro a viva voz, pero huérfanas de la atención policial, quienes se convierten en alcahuetes del problema.

Tres, al saber que existen personas, incluyéndome entre ellas, que pueden conocer a alguien de comportamiento irregular y que somos incapaces de acusar por el temor de una represalia contra nosotros (bien justificada) pues pueden descargar su odio contra nuestros seres más queridos (además que no contamos con las pruebas, sino simplemente con testimonios o cuentos de otros).

Cuatro, que Dios, tomando como base que no ocurre NADA sin su consentimiento, permita que la vida de alguien termine abruptamente y con violencia, con la intención o el propósito de quién sabe qué, causando hondo pesar en las personas que son afectas a la víctima. Definitivamente los caminos de Dios pueden ser bien torcidos.

En fin, compadre, espero que Dios lo haya reclamado con urgencia para un tema de importancia y que nosotros en algún momento podamos comprender o aceptar "sus métodos" y no seamos tan "atrevidos" o volátiles para cuestionarlo.

Se le recuerda con cariño, y gracias por el tiempo compartido con nosotros.
 

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